jueves, 30 de diciembre de 2010

A MÍ, BONNARD



Realizar mi pequeña , humilde y enamorada versión de "Desnudo en la bañera" de Bonnard (1935), me permite acercarme un poco, si bien valiéndome de lápices y tintas (no de óleos), a los problemas del cuadro más que a su belleza evidente; me refiero a los problemas que resolvió.
Para nada me deshechiza del impacto inicial, porque simplemente ni siquiera se acerca a la alegría que debió haber sentido cuando tuvo toda esa idea bailándole en el ojo y después mordiéndole prepotent las yemas desde adentro.
Ahora que lo veo en la pantalla noto que falta la gradación de azules entre uno y otro lado de las baldosas, es muy abrupta la falencia.
Algo mágico que sucedió hoy a la mañana: ya concluido el tabajo con los lápices (ayer), emprendí la tarea, con la reproducción delante, de entrarle a las tintas, pero sólo cuando utilicé el blanco para suavizar e iluminar algunas zonas pudo verse el motivo del cuadro, antes prácticamente era imposible adivinar, desde lejos, que se trataba de una mujer en una bañadera. Pero luego de eso y de algunas estratégicas pinceladas negras (aún faltan algunas, la pantalla me sirve para verlo, así como miro mis dibujos en un espejo para encontrarles defectos) todo se reveló en bloqué, cobró cierta prestada armonía (excepto las baldosas, quisiera dejar de escribir para solucionar esa basurita en la córnea) y delató la sensibilidad increible de Bonnard, capaz de sobrevivir a las más inhábiles traducciones.
Al mediodía debí sacar las patas del dibujo, tánto había estado haciéndo lo mío en él, usándo el suyo como patrón, hacía mi cuadro, es mío, me reconozco en él, veo el sucio milagroso pulso de mi mano derecha. Desde chico, como a todos me gustaban los libritos para pintar, y encontrar el diseño, a veces demasiado obvio, ay, que se escondía trás los encadenamientos de los números. Creo que sobrevive algo de eso, pinto mis dibujos como si los hubiera hecho otro, pero a veces tiemblo ante la idea de perjudicarlo con errada paleta, de que desaparezca su osamenta de trazos dubitativos bajo el colorinche innecesario. Fué el riezgo más grande que tomé al respecto, en cada ocasión mandarme, aún con el monstruito negro, acaso insignificante de la posibilidad de estropearlo. Empecé a pintar de grande, siempre dibujé, siempre, y núnca soy más feliz que con una hoja blanca y un lápiz afilado entre las garras, pero el color enloqueció todo aquello que pareció ser no otra cosa que las peleas preparatorias, medio jugando del cachorro de león, para poner los músculos del futuro adulto en forma. Es una broma por supuesto.
Siempre se va a notar el lapiz debajo en mis dibujos, es una desprolijidad que cobró entidad propia, tributo a la devoción por esa casualidad primigenia que saca las cosas de la nada y su galera multiforme.
Copiar cuadros de otros es un entrenamiento sobre cómo deshacerme de la prepotencia de la línea negra para ver. Romper la membrana protoplasmática del fantasma que conlleva cada color.
Dejo de hablar porque por todos lados hace agua la prosa. ¡Salve, Bonnard!- aunque sólo sea por que me calle.

martes, 28 de diciembre de 2010

lunes, 27 de diciembre de 2010

ESCRITO EN LA PIEL DE UNA RAYA

En el cuerpo del extraño se siluetean flores
apenas un trazo, un rasguño los pétalos
luego violados como motores
¡Violetas!
Si, pero carnívoras
que nada esperan para abrir en su complexión
los escapularios babeantes de sus bocas que golpean desde adentro
¡El trueno!
Con sus dientes de acero
flexibles
Lamparones de ácido
que inutilizan cualquier cosa que el extraño pretenda ponerse
A veces las bocas simplemente se pelean
como mastines, unas con otras
y el sujeto baila con la gracia de un espástico
Vive cubierto de toda clase de enfebrecidos insectos que lo pretenden
y se entregan a la disolución en holocausto
caen en los toboganes encerados de sus orejas
hacia los jugos gástricos que reemplazan su cerebro
Lo nutren por goteo
lo sostienen
en el aire
como esporas locas de amor en un aplauso
Los ojos aún le sirven para mirar el cielo incomprensible

Y los sesos mandan un torrente de energía azul
remanente
A su pija que busca como el bastón de un ciego
la oculta carnadura de los espárragos
A veces simplemente juega a aguantar la corrosión
hundiéndola hasta la virola en uno de esos agujeros violeta que lo minan
Cada uno con una estrella adentro
En sueños el tae-kwondista entrena con su bolsa de conchas
las patea hasta transformarse en un caballo de carreras
agotado de muerte
las exprime
y con su jugo salado, marítimo, se refala
cae
se rompe la cabeza
Con la última sangre, la primera, no escribe un poema
¡Este!
Dibuja mejor la sonrisa de su madre
atravesada por la verija del extraño
En cada depresión en los infinibles playones del silencio
anida una cucaracha
Los sonidos de tus pasos que o vienen o se alejan
son la eclosión de los huevos que esta deja
en el cascarudo maple de mis labios.

A XAVIER FORNERET


"Tenemos tu vicio y mi vicio y mi canto maldito,/ ¡Todo lo demás es cero!" Nicolás Olivari.

jueves, 23 de diciembre de 2010

PRESCIENCIA Y NARANJA


La naranja telepática...

...obliga a Bonnard.

CREMA DE ENJUAGUE Y TÉ DE BOLDO

"L´air et le monde point cherchés. La vie." Rimbaud-"Veillées-


"...moi pressé de trouver le lieu et la formule." Rimbaud-"Vagabonds"

miércoles, 22 de diciembre de 2010

DOS DIBUJOS ESTA MAÑANA


"...lo que más me fascina no son los gestos ritualizados mismos, porque, en cierto sentido, ningún gesto es original, ni puede serlo, sino más bien ese extraño fenómeno secundario que crea la repetición, la estilización abierta de los gestos: a saber, esos misteriosos espacios INTERMEDIOS." R.Coover-"La fiesta de Gerald"-

PROSAS APOTROPAICAS I (b)

Desnudó la lata nomás/ degolló al patrón que andaba por ahí haciéndose el desentendido/ con un gesto redondo del brazo/ como si señalara extensiones de tierras con el filo del caso. Vido que hubo que los parroquianos permanecían en su inmutable estadio de ebrios/ procedió a saltar en rango el mostrador y ahorcajarse a la hembra/ gorda/ buscando el hoyo con desespero de amante subitáneo/ otra que embreado en agua fresca/ era de ver cómo se refocilaba/ nomás el rostro retorcido de gusto bastaba como botón de muestra./ La Santa, La Lucía/ era toda ella un abrojarse toda/ había agarrado desde el vamos y aún denantes lo venía desiando./ Y ahora sí, que tenía literalmente de las bolas agarrada la oportunidad/ como agradeciéndole/ se meneaba como una posesa, como un perro escurriéndose lo mojado. Resulta que el Patrón años hacía que no la tocaba ni con un palo/ un mamporro de cuando en cuando era todo el cariño que le daba./ Así es que venía arrastrando la calentura la pobre / paliándola imperfectamente con el pico de una "Carlos Gardel" caña quemada, con la etiqueta torcida en un rictus poco menos que monstruoso-maomeno como debió quedarle la geta a Don Carlos después de su itinerario colombiano.-Me maldigo, no vayan a crer, por hablar del desta suerte-Pero no había, para una dueña robusta y aguantadora, dureza comparable a la torcida enhiesta de un hombre macho por donde se lo mirara, forzando una prienda ajena; y bien valía toda esa berenjena la muerte de alguien tan insignificante como ese gallego amarrete. La paica arpovechó, en medio de los arrebatos y las pias exclamaciones para manotear las llaves del bolsillo de su dijunto marido/ ahora podría, y eso era parte de la gratitud somática que evidenciaba la condenada al orgásmo, liberar de todo cautiverio a la hija pequeña de entrambos, que el viejo sorete se reservaba, bajo cinco candados, de tranquera, los grandes, para todas las noches un rato. Solía garcharla a hora de la siesta, cuando las nubes, como suave algódon pinchando la mano de un negro transpirado, daban tregua a la horneada que se pegaba uno bajo los techos de cinc en las dependencias del rancho.
Soñaba, haciéndose sangre en la mano de tanto que sujetaba las llaves, curarla con mimos y cataplasmas y agua frasquita de cisterna, de todos esos repetitivos vejámenes, de las paspaduras permanentes, incluso sonsacárle los recuerdos a trompadas de la memoria, si fuera necesario.
Los Gatos Fiambreces, por qué no, tambié hinchaban las bolas y comían mientras tanto, atascándose de tucas de los puchos aplastados contra el suelo, brilloso y apisonado, con sus suelas de soga pulida por el tránsito. De vez en cuando recibiéndo la imperfecta patada de un borracho, resucitado quién supo núnca por mor de qué abstrusas filtraciones, y que se la tomaban con esos pobres y desflecados animalitos de Bosnia/ uno negro otro no tanto/ creyéndolos la encarnación maniquea del Majuijua, el demonio de los caminos, el que agarraba a los empedados y se los llevaba de las patas a mascárselos en la cueva umbría que tenía por casa./ ¡Gatos de mierda!/ era el aserto típico, la sentencia/ por si alguien los había visto chingarle/ pero es que los Fiambreces estos eran expertos en transmutar cualquier golpe, por sobrio que estuviera el tipo, en una mera, inelegante finta apenas. El borracho rumbeaba pa´las casas, descaminando su sueño, epantándose lerdos los tábanos, poníendose en pie si se había caido, propiamente como resorte, y enfilando otra vez lo seguro de la huella, acaso lo único seguro que le había tocado en suerte en esa vida de perros./ ¡Gatos de mierda!/ se iba salmodiando.

lunes, 20 de diciembre de 2010

KILOTONES DE AMOR


"¡SÉ SIEMPRE EXTRAÑO!" W. Gombrowicz.

POMPAS


"Veo cómo comienzan las naranjas/ a nadar por el aire, a perfumarlo,/ girando velozmente en su semilla" H.Viel Temperley.

ALOE

"QUAND´È, COM´OR, LA VITA?" Leopardi.

domingo, 19 de diciembre de 2010

sábado, 18 de diciembre de 2010

PERFUME DE LA PURALUZ


Facu en olor de santidad.

MAGNA NOLIA


Yirando por el barrio, los tres. Ari toda machucada y cardenalicia, tanto que me sentía un golpeador, de su mano-(ayer, huyendo de otros niños hiperkinéticos, departamentales, aterrizó de trompa, como un pajarito muerto en el aire, sobre las losas de cemento)-Yo, que estallé en una tormenta de puteadas instantáneas, contra todo, no supe comportarme.

Hoy, yirando por el barrio como decía, nos decidimos a intentar el rescate de las princesas magnolias en lo alto de las torres a que estaban sujetas, dando señales visuales en la noche y odorosas a toda hora, desde hacía sus buenas semanas; trepé el alambre de la fábrica de la Av. Piedrabuena al fondo, y corté sus tallos gruesos y quebradizos como alas de mariposas mutantes.

No las cerradas que queríamos, pero si un tesoro venido de alturas imposibles: lo supimos por los codiciosos y enamorados ojos que nos seguían cuando pasabamos, dejando con su ruloso pubis de estatua, una estela de limones, esas eran gentes pedestres, y nosotros, apenas angeles primerizos, rampantes.



viernes, 17 de diciembre de 2010

GUARDA EL OJO


"...piedras (armas primeras del mundo)" Quevedo.

PROSAS APOTROPAICAS

I
Más tarde ese mismo día el gaucho renegado Lorenzo Bolastristes pidió, cosa de saciar su sed, cualesquiera sea de tomar. La Pulpera de Sta Lucía sacó de entre sus enaguas un pequeño y enroñado dedal rebosante de sus aguas-"Aquí tiene compadre"- mandàndolo a la de su madre para sus adentros. Lorenzo era de cairle torcido a la gente/ para esos imponderables le sobraba cuchillo en los pantalones/ cuando cuadraba era cobarde y sólo entonces mariconear evitaba trances mayores, pensaba, como cobrarse la vida de un crestiano a ojos de toda la gente/ ese infinito estorbo de los testigos, esas cosas que hacen bulto en medio de la ilusiones/tal era el caso de La Pulpera, entre su sed y los alcoholes/ pero conociendo de sobra la chaucha íntima de sus intensiones/ y la calaña aún más íntima de los destilados que le ofertaba/ apuró de un trago la bebida caliente y golpeando el dedal en el estaño derrobló la apuesta-"¡Otra, vieja Urraca, a ver si sos tan guapa!"- le dijo nomás con lo jojos y no hizo falta otra cosa para teledirigir a voluntá el cair de sus micciones. Se acomodó entretanto la verija/ solía tener cáida a la izquierda/ como una media agua en mentirosa escuadra y pa´ sentarse le amolestaba. La mano de La Pulpera saliendo de los bajos de sus rasgadas vestiduras se la había espabilado/ aunque de natural un poco zonza/ remoloneante/ morronga, podía adjudicar su actual tumescencia a la hormonas femeninas anejas al trago.
Se enjugó la barbas ralas/ sopratutto las comisuras de la boca/ apenas una linea roja que transmitía concupiscencia a varias leguas de distancia. Estrenó una mueca monstruosa/ que habría querido ser una sonrisa a medias/ mientras venía del desierto/ pero no hubo espéculo donde constatarla, menos con el culo a cuatro manos, juyendo de la autoridá-("La carcajada de lo visible multiplicada en los charcos"-Pierre Michón-)- Así que la largó ahí nomás en seco, el estreno de su mueca inhumana, horrenda, como de insecto. Los parroquianos, La Pulpera, todos, quedaron helados, de una pieza como dicen los cascotes de la lengua. Él tenía todavía en la cabeza, bailandole una contradanza, la imágen del desierto/ legua tras legua/ no había llovido en mil años/ los extraños poliedros de tierra seca daban a esa zona la pinta de ser un enorme animal fósil arrojado allí sin conciento. Pero enseguida Bolas ya estaba en otros tratos con su mente, y pensaba con seriedad- quiero decir que iba a hacerlo- en pasarse a La Pulpera por la sierra/ venía largo arreglándoselas con el upite de las mulitas que desorbitaban lo jojo como en medio de una epifanía de anatomía con-parada. Sin ánimos de contrariar/ porque lo otro que había en el boliche eran puros tapes perdidos que dejaban mucho que desiar/ amás de que ya había visitado, en tiempos de seca, esos cardales de inafeitable nobleza, esas caras faquirescas
como guante de acariñar caballos/ pero no habían sido tantas ni la necesidá ni la ocación y no había visitado esos fondeaderos dende entonces/ la rivera polaca allá en Buenos Aires/ y ahí estaba La Pulpera para no dejarlo/ para darse en sacrificio. Sólo esperaba poder desfogarse antes de que viniera a prepiarlo uno de esos logis que núnca faltan/ obligándolo a desnudar la lata y hacerle más hojaldres en el cuero que una torta milhojas. Cierta perdida vez, había hundido la chota en uno de esos agujeros de sangre en el costado del defunto/ y sentido gratitud hacia la tibieza humana del sebo que acompasadamente se escondía y se mostraba, pensando en desorejadas de otros años mejores que ese, más prósperos que la miseria que le andaba siquiendo el rastro/ para despertar cundido por el relámpago del huso astillado que se le había hincado en la pitufresa, la glándula.
Afuera menudeaban las moscas, abombadas por el desmedido sol de la siesta, y detentando la humedad en lo jojo de los matungos babeantes de anestésia que se defendían como podían con sus hermosas pestañas sarracénas o contando con que los tábanos cayeran en la encerada corola carnívora de sus grandes orejas fastidiadas. Andaban sueltos- es un decir "andaban", quiero significar que podían huir si quisieran-sic- pero estaban mesmerisados a la desidia -ande rascarse-de sus palenques. Bolastristes sintió la respiración trabajosa/ el concomerle la espalda/ soño con caudales de agua-/("Agua risueña y dulce de las fuentes"-Quevedo-)/-de vino caliente, de uva chinche, con soda/de meo de Dueña.
Lo que Desiara le sería negado/ estaba escrito en alguna parte/así que no quedaba más otra cosa que tomarlo con violencia.

jueves, 16 de diciembre de 2010

NO REBUZNEN SOBRE EL GOCE

"..Una especie de palacio.../ digo yo, como el mejor/ de los que he visto pintados/ en estos TITILIMUNDIS/ que amuestran los italianos/ de noche, en la VEREDA ACHA/ en cajones alumbrados/ y con vidrios por fuera/ cada vidrio como un plato.
H. Ascasubi-Santo Vega-

A LA VIOLETA


"Y al lado del corazón/ ¡ hasta la mesma VIROLA,/ el cuchillo le sumió!" Ascasubi.
La delictiva vida de mis placeres se hizo entonces ancha y pampa, con el oxígeno proporcionado por el caballo a rajacinchas de la vez, auspiciosa y primera. El cobanaje andaba a los bandazos comprando un retrato aproximativo de mis particulares señas dictadas de memoria, hasta con el detalle de las piedras que pisara camino de las alucinadas víctimas, una tras otra en mi retahila siniestra. Tenían el identi-kit tan pegado, máscara, a las jetas que eran más yo que yo y yo, invisible para ellos, me les parecía: buscaban alguien nervioso por el número, y me les había vuelto, de risa, transparente. ¡Me duele la panza!¡pará!¡pará!, me desatornillo,¡Quijos-deputa!.
Y las nenitas cayendo literalmente de los árboles, los pechitos incipientes, like brevas, goteantes, una almíbar de infantiles efervescentes sales en la lengua. En remojo o compota, entalcadas o en atmósfera de inciensos incendiarios, lampiñas o con mocos eternos, mal limpiados los culitos o con anillos de un rosa interno de ensueño, apretando las cachas como en un puño de oro un dinar.
Ahí estaba yo para todas, el contrabajista de las rompientes, el no llores o te mato. Con cuántos veladores amenazándoles la cabezas, con cuántos chorros de aceite Johnson silenciándoles las boquitas enllenadas de arcadas y de lloros.
La vida y sus posibilidades de hueso y carne. Las madres extremando las precauciones, shortcitos debajo de las polleras indefectiblemente tableadas y cortas, gritá si alguien te toca acaso; una bellísima incitante histeria general por el pobre violador del barrio, los escándalos inesperados como geiseres.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

TAREA FINA

Madre/ tamadre/ una ves visto l´horror/ no hay tu vuelta/ malandrina/ no hablo de la sóla/ y/ taria paridora/ ; nola,/ habolo la pur/ aparición sin la A/ el escupimiento/ la entrada barrosa/ en la mentirosa materia/ misteria/ falansteria/ barata lúgubre bricidad/ petardo en el momento/ sedimento de pólvora/ después/ perla falsa/ impureza de carne la carne/ emolumento a la pedigûeña nada negra/ ujero del diome./ Como un queso me parto. L´orto roto/ enjuto en su lumpen bolero/ qué fue toda esa arenita de alegre sangría/ toda esa vislumbre inconclusa/ demediada/ abras en las bienales de la luz: mala./ Salto/ como lagarto/ brillo como rastrillo/ segando gañote de grillo/ guarda el pestillo, que se marte/ rollizo./ Todo fue en vano: triste sentenciosa lápida de mentiras gazmoñas/ yo el continente amargo, pajero, la ocasión autopunible, go-sosa, de aquello que no lo fue y pudo de mil maneras. Limpié el facón en los pastos.

lunes, 13 de diciembre de 2010

KLIMT-KLAMT-KLUMT

Sin poder escapar a la tiranía de la línea negra, el trabajo está terminado. Nada que decir.

viernes, 10 de diciembre de 2010

LA CARAMELERA CRANEANA

Zombie, lector, o lo que sea, come de mí, come de mi carne.

LAS BONDADES DEL ORO Y LA ESCASEZ DE CICLAMEN

Trabajo en una copia de la Danae de Klimt. Este es el primer paso, sólo lápices de colores, despues vendrá la locura de las tintas. No me interesa el mejunje mitológico del asunto, pero le dió cierta dimensión enterarme de que lo que tiene entre las piernas es la lluvia de oro en que se transformó Zeus para poseerla en el encierro impuesto por el padre de Danae; y que de esta unión nacería Perseo. Siempre adoré esa pierna que yo musculé de más, exageré para asomar las tumescencias de mi alma-eso lo invento ahora- en la manía del exorno. Cuando uso el rojo-un ciclamen belga que conseguí de pedo entre los rezagos de una tienda-pienso en el esmalte de los ceramistas, y por qué no, en el esmalte húmido aún sobre las uñas de mi atorranta. Cuando pienso en el dorado, y antes no se me habría ocurrido usar ese metal hermoso y pecuniario -depositario, históricamente, de casi toda la mierda del mundo- pienso en Klimt, él con su Beso y su Retrato de Adele Bloch-Bauer reconvirtió alquimicamente el oro, para mí, me lo entregó hermoso y resignificado. Salve !

NADA DE NADA


Llueve y las cucarachas se alborotan: algo en el alambre de cobre de su sistema nervioso millonario les dicta el arrojo y la revuelta. Caen dando vueltas carnero sobre cualquiera como si fueran leones, creo que les gustaría borrarnos de la faz de la tierra que tarde o temprano y lo saben, como en un principio, acabarán gobernando solas. Caminan por debajo de mis pantuflas, vuelan de un lado a otro en la cocina cual colibries mecánicos, galvánicos engendros de la devoración total.
Las admiro y las odio. Confesamente les temo. Si una se introdujera en mi cuarto y esperara ladinamente la noche para entrarle a un pote de telgopor con restos de helado, no podría, como Maldoror, jamás, jamás, pegar un ojo, ni mover un brazo en cualquier dirección de la rosa de los vientos. La lluvia....rica cuando recien baña el mundo y después esa peste a gorda mojada.

martes, 7 de diciembre de 2010

MOI ET ZOMBIE

URDIMBRE MELANCÓLICA/RETAZOS DE NIEBLA/ VOLADURA DE ZOMBIE.
Son dos mitades de un imán roto las capacidades mutantes que me otorgó este superpoder: la vida;
Frente a la caída siempre
más
y
Más
en la degradación.
Hablo con mi herramienta de Eco
o pasa un carro
Las cuatro son sus ruedas sobre el convulsivo abdomen del reanimado.
II
A imitación de las películas case B que se queda hasta tarde mirando, intentó comerse un cerebro que alguien llevaba, al descuido, como un sombrero, funcionando.
Lo emboscó como Van Gogh a Gauguin,
pero torpemente, más torpe y desapasionado;
No sólo porque no tuviera ni siquiera una navaja,
sino porque tropezó
y gustó, apenas, el zumo de sus encías de dragón,
Y dejó, en la vereda, el souvenir de una que otra pieza dentaria:
las niñas ya estarán haciendo agujeros en ellas, a través de ellas
y collares después,
Los cogotes circundados por la sierra de cadena
de la horrísona sonrisa del Zombie.
Pero sin navaja, sin la navaja de los lóbulos alucinantes,
gordos,
sobresaltados en la miel de las hormas.
Le llevé, en su convalecencia de cadaver,
al pie de su lecho,
el cerebro pequeño y espejado
que se había caído, del cráneo
de un niño paquero, como la pera arrebolada de una frutera,
al chocar su sueño como un camión con acoplado,
(la maqueta de ese camión, descalcificada como un huevo trasluciendo la yema),
contra la guillotina granítica del cordón,
lo recogí como a un ave lastimada, refaloso como un jabón Lux,
junto a la rumorosa trenza del agua desperdiciada,
como la musculatura de un trabajador fiduciario;
Ni aún con todos estos mimos y cuidados
le gustó el manjar; no era un carroñero,
había sido irremediablemente seducido
por la idea de cazar su propio fomento.
Amén del polvo de vidrio y los grumos alcaloides
que ni la sangre cruda ni la provenzal
pudieron disimular.
Puto, que a veces Zombie;
Ni nada que te venga bien.
¡Salve, Videlá!

lunes, 6 de diciembre de 2010

COMMONPLACE BOOK


Refloto el viejo proyecto de Riñas de zombies:
-Cómo se cría de potrillo un Zombie de riña.
-Su alimentación.
-Su equipo (mejor o peor) de hipermotricidad.
-Las formas en que se ve afectada la vida del criador (una especie aparte) : ama, en general, más al Zombie que a la familia que irremediablemente lo abandonará, si no sucumbió ya a la necesidad de transmutar en sustento para la infinita gula del espécimen- Una infinitud permanente en el Zombie, permanente.
Vida hueca, repleta hasta el apàtico vòmito de desesperanza, el criador se aferra a su Zombie como a una tabla de salvación.
El Zombie se compra, se roba o, raramente, se alquila (¿qué clase de inmunda alimaña alquilaría su Zombie y a quién? ¿qué referencias puede traer álguien para hacerse acreedor a tu Zombie?).
-SI, GASTOS INGENTES DE MATERIA PARA TRANSFORMARLA EN ENERGIA LETARGICA.
"Y (...) encontraron consuelo en la autobiografía." (Richard Yates "El salvaje viento que pasa" p 215).
-Sólo se quita el bozal al Zombie y aún la funda de cada precioso diente putrefacto cuando se lo "lanza" al reñidero. Uno para que no muerda a otros, a su dueño e incluso a sí mismo y las otras para que no estropee las piezas óseas de su boca en la muda e infinible elocuencia de su bruxismo.
-Su arraigado deseo de masticar es semejante al del bebé que succiona pezones en el aire o al de aquel gran masticador de Faulkner (un Snopes, ¡cuándo no!) que para economizar tabaco mascaba la misma nada día y noche, el grandísimo hijo de una gran puta, ¡Dios lo tenga en la gloria!- Que el esfuerzo no produzca un manantial de carne, leche o nicotina es para ellos una anécdota.
-La mochila que el Zombie carga es semejante a las radios que según las películas algunos soldados soportaban en Vietnam: hay cables que entran con diodos en el cráneo, para imprimir impulsos eléctricos externos a las estancadas células nerviosas de ese cerebro stand by. Hay toda clase de poleas y relés para desentumecer brazos y piernas, ejercitando ganchos y patadas y aún un dispositivo para la mandíbula y otro más ornamental que otra cosa, para la casi inexistente verga, en el caso de tratarse de un ejemplar macho, los menos eficientes.
-SU SEXO INDISTINGUIBLE A SIMPLE VISTA, OJO PELADO, LOS CONVIERTE EN ANGELES PRACTICAMENTE.

viernes, 3 de diciembre de 2010

BORRADORES PARA LAS RIÑAS DE ZOMBIE


BRAIN
Zombie del orto
paloma del poniente
palmera de la resurrección enferma
Lázaro deforme que te levantas
y a duras penas
andas.
Te espero, estoy esperándote
en el lugar de siempre
ignorado por ambos.
Blanca florecilla de morrón
estrella de los gauchos magos
desmonta mi esfinter azul con tu gancho
de nombrar la carne.
Nada de nada, pantallasos de existencia,
nada transitoria antes de la reactivación polvorienta
de la fenecida cala.
En esta foto ví quien eras, lo que habías sido
venido con el meteoro colisionante de la memoria
que estalla en luces de incertidumbre plena
malsana.
Intento dibujarte
pero sólo puedo zombie en la hoja
y ojalá así sea.
II
Zombie del orto
oh pequeña suspensión de las ineptitudes de la muerte
escasa, escasa
en el amplio espectro
de la materia multiforme
dame, oh, un beso de lengua.